Preguntas frecuentes

Qué es el Autismo

El autismo es un trastorno del desarrollo que afecta el modo que la persona ve el mundo, procesa la información y actúa con otras personas.

Hoy en día se denomina Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) porque la forma en que se expresa en cada persona es muy variada, como también son distintas las necesidades de apoyo.

A las personas con TEA les resulta difícil desarrollar relaciones sociales, comunicarse y pensar en abstracto. Como no presentan ningún rasgo físico que les distinga, esta “naturaleza invisible” dificulta la comprensión de los esfuerzos con los que las personas con TEA afrontan los retos del entorno.

No es una enfermedad

El autismo no es una enfermedad y, por tanto, no tiene cura, acompaña a la persona durante toda su vida. Muchas personas consideran que el autismo es una parte de su identidad individual.

Gracias a los avances en el estudio de estos trastornos y, sobre todo, a los testimonios que las personas con TEA nos aportan día a día acerca de su propia experiencia, el conocimiento del “autismo” es más amplio. Hoy sabemos que, para muchas de ellas, el mundo resulta un entorno muy hostil y estresante.

Con los años, se han utilizado diferentes denominaciones para este trastorno como: autismo, trastorno del espectro autista (TEA), autismo clásico, autismo de Kanner, trastorno generalizado del desarrollo (TGD), autismo de alto funcionamiento (AAF), Síndrome de Asperger (SA), etc. según los diferentes manuales de diagnóstico y herramientas utilizadas, y los diferentes perfiles de autismo presentados de cada persona. En la actualidad, el “trastorno del espectro del autismo” (TEA) es el término de diagnóstico más común.

 

Qué causa el Autismo

La causa exacta del autismo todavía está siendo investigada. La investigación sugiere que una combinación de factores, genéticos y ambientales, puede explicar las diferencias en el desarrollo. Sí se ha confirmado que el autismo no está causado por el tipo de crianza de una persona, sus circunstancias sociales y desde luego, no es culpa de la persona con TEA ni de su familia.

Lamentablemente, no hay una “cura” para el autismo. Sin embargo, esto no significa que no se pueda hacer nada para ayudar a una persona con TEA, ya que existe una amplia gama de estrategias y abordajes (metodologías para facilitar el aprendizaje y el desarrollo) que pueden resultar útiles. En este enlace puedes consultar servicios y recursos.

Cómo se diagnostica

A menudo nos demandan información sobre cómo se diagnóstica del Trastorno del Espectro del Autismo. En la actualidad no existen pruebas médicas para diagnosticar el autismo, por lo que la evaluación psicológica se realiza mediante la observación de la conducta de la persona y la valoración de su ajuste a los siguientes criterios diagnósticos: que la persona haya tenido dificultades persistentes con la comunicación social y la interacción social, así como patrones de comportamiento, actividades o intereses restringidos y repetitivos desde primera infancia, siempre que estos "limiten y perjudiquen el funcionamiento cotidiano".

Comunicación social

Las dificultades en la comunicación social pueden mostrarse de forma variada, desde personas que no comprenden el lenguaje ni pueden hablar, utilizando en cambio sistemas aumentativos y alternativos de comunicación, hasta aquellos que, tengan buenas habilidades de lenguaje, pero fallen en el uso social del mismo, (ej. Hablar sólo de sus temas de interés). En todos los casos, a las personas con TEA les costará comprender y utilizar el lenguaje no verbal, muchas tendrán problemas con la comprensión literal del lenguaje y tendrán dificultades para comprender los dobles sentidos, las metáforas…

Interacción social

Respecto a la Interacción social, las personas con TEA suelen tener problemas de empatía, es decir, dificultades para ponerse en el lugar del otro, interpretar sus sentimientos o intenciones, así como expresar las propias. En todo el espectro, encontramos desde dificultades al ajustar el comportamiento para encajar en diferentes contextos sociales o dificultades para hacer amigos, hasta una aparente ausencia de interés por la gente.

Patrones Repetitivos

Finalmente, puede que se muestren patrones repetitivos y restringidos de conductas, actividades e intereses,  mostrando una clara preferencia por las rutinas y las normas claras y malestar extremo ante pequeños cambios no anticipados, dificultades con las transiciones, etc. También son frecuentes los intereses altamente restringidos, obsesivos, que pueden ser inusuales y que también pueden canalizarse en una potencial ocupación laboral. En ocasiones, podemos encontrarnos con indiferencia o una reacción excesiva a aspectos sensoriales del entorno (temperatura, sonidos, texturas, olores, etc.)

Frecuencia

¿Cómo de frecuente es el Autismo?

Los TEA son mucho más frecuentes de lo que se pensaba. Los últimos estudios de prevalencia indican que el 1% de la población puede formar parte del espectro del autismo. Esto significa que más de 83.000 personas en Andalucía pueden tener TEA, una estimación aplicando las cifras a datos poblacionales del Instituto Andaluz de Estadística 2016.
La proporción de hombres frente a mujeres diagnosticadas con TEA varía entre los estudios, pero siempre mostrando una mayor proporción de hombres. Fombonne at al (2011) encontraron una media de 5,5 varones por cada mujer en su revisión bibliográfica de investigaciones de prevalencia.
Pero hoy en día, diferentes revisiones nos obligan a considerar que el autismo está poco diagnosticado en las mujeres y, probablemente, la distancia en la relación hombres/ mujeres con TEA sea algo menor.
Además, entre el 44% y el 52% de las personas con TEA pueden tener una discapacidad intelectual asociada.

Valorando la Neurodiversidad

Hay un movimiento creciente entre las personas adultas con TEA activistas, que no piensan en términos de "curar" un trastorno sino  de celebrar la diversidad y las diferencias neurológicas entre las personas. Esto no pretende sugerir que las personas con TEA o con otros diagnósticos no encuentren importantes desafíos en su vida, sino que enmarcan el autismo dentro de un modelo social de discapacidad. Consideran que no debe pretenderse “curar” el autismo, sino facilitar a las personas con TEA una forma de “convivir” con su autismo.

Puede ampliar información sobre este movimiento AQUÍ.

Qué palabras debo usar

Según un estudio publicado en la revista científica “Autism” (Kenny et al, 2016 ), no hay un término único que padres, profesionales y personas con TEA prefieran, pero entre las personas con TEA, el autismo se considera parte integral de la persona, y prefieren el término “autista” por ser más positivo y asertivo y “Aspie”, mientras que a las familias no les gusta “Aspie”. A los profesionales también les gusta el término "trastorno del espectro autista (TEA)" y a todos los grupos les gustaban los términos 'en el espectro del autismo' y 'síndrome de Asperger'. Algunos términos se consideraban muy desagradables o ya no se usaban, como "bajo funcionamiento", "autismo de Kanner" y "autismo clásico".

En nuestro país, las familias y el mundo asociativo tienden a utilizar “persona con TEA” o “persona con autismo” por considerarse un término respetuoso con la persona y que no le identifica en exclusiva con el trastorno. Deberemos, cuanto antes, contar con los y las protagonistas en nuestro país, para que nos digan con qué términos se encuentran más cómodos. Mientras tanto, desde Autismo Andalucía utilizaremos el término que se considera más respetuoso “persona con autismo” y “persona con TEA”, ya que el lenguaje que utilizamos puede ayudar a cambiar las actitudes hacia el trastorno.

CONTACTA

logo hoja