A menudo cuestionamos qué ofrece la sociedad a las personas con Trastornos del Espectro Autista como si únicamente fuesen receptores de ayudas. Sin embargo, en pocas ocasiones nos detenemos en las aportaciones que las personas con TEA realizan a la sociedad.

Los rasgos del autismo forman parte de la personalidad. Precisamente, una parte de estos rasgos contribuyen a una transformación positiva de nuestras percepciones e intereses. Sus familias y personas que les rodean subrayan los valores que transmiten por encima de todos: la honestidad y autenticidad.

Las exigencias sociales terminan perfilando la identidad de la persona y, en el caso de las personas con autismo, pueden constituir el origen de problemas relacionados con el estrés, la ansiedad, entre otros problemas de salud mental.

Al mismo tiempo, las dificultades que las personas con TEA encuentran a la hora de interpretar las normas y códigos sociales hacen que no se sienten sujetas al cumplimiento de expectativas de la sociedad. Se centran en lo que realmente les importa.

El hecho de no dejarse influir por las reglas sociales contribuye a otro aspecto característico: las personas con TEA son auténticas, no saben mentir.

De igual forma, las capacidades y habilidades de muchas  personas con TEA merecen un capítulo aparte. Por ejemplo, pueden prestar mayor atención a los detalles y mostrar un interés absoluto sobre determinados temas o aficiones, focalizando su atención, sin perderse en mensajes sociales.

En el ámbito laboral, estas habilidades hacen que las personas con TEA contribuyan eficazmente en la empresa. Así lo hemos constatado a lo largo de nuestra experiencia en el Servicio de Empleo. De hecho, las empresas valoran sus puntos fuertes tales como la honestidad, transparencia y autenticidad. Tal como recogemos en el apartado dedicado a la mediación laboral de nuestra web, su dificultad para entender los engaños y dobles sentidos los convierte en trabajadores honestos y leales: totalmente claros y transparentes.

Hay personas con Trastorno del Espectro del Autismo que han aportado grandes cambios en la sociedad gracias a sus capacidades. Ejemplo de ello, es la zoóloga Temple Grandin, quien diseñó un sistema de instalaciones ganaderas que mejoraron el bienestar y productividad de los animales. Su capacidad para realizar simulaciones tridimensionales, muy válido para el diseño, junto a su agudeza visual y atención a los detalles revolucionaron el manejo y desplazamiento del ganado. Actualmente, este sistema se usa en compañías ganaderas de EEUU, Canadá y Europa.

La experiencia de la doctora Temple Grandin resulta clarificadora a la hora de mostrar cómo las capacidades de las personas con TEA pueden contribuir de una manera real y efectiva a una transformación positiva de la sociedad.

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